La gente anda equivocada. Anda entre caretas, entre chantajes, entre el qué dirán, entre miedos, entre mentiras, en definitiva, entre EGO. Todo se vuelve querer, poder, satisfacción, superficialidad, banalidad, retos imposibles, constante insaciabilidad, inconformismo. ¿Es que nos hemos olvidado a caso lo que era necesitar? ¿lo qué es agradecer? ¿aceptar? ¿perdonar?. Parece que sí. Ya nadie quiere hacernos felices sino es a cambio de-. Ni yo sé dónde dejé mi felicidad, en qué momento del camino la perdí y en cual empecé a quejarme, a vivir amargamente. ¿En qué momento dejé de bailar como si fuera un crío? ¿de cantar? ¿de ser una persona espontánea?. Maldita sea.
¿En qué momento me perdí estando a la sombra de mi ego?
Me paralicé por el dolor, se me retorció el corazón. A veces, incluso he mirado al cielo y me he preguntado por qué he nacido. Hasta he dudado de mi propia fe. He bailado cada noche al acostarme con mi debilidad. Y he hecho el amor con mis miedos.
Alguien me quitó el amor, que a fin de cuentas es lo único que busco entre mis lágrimas. ¿Fueron mis padres? ¿fue una pareja? ¿o fui yo mismo en un intento desesperado de que me amaran, de que no me juzgaran, de querer hacerlo todo perfecto y no sentir el fracaso en mi propia piel? Es que, espera, ¿es miedo a que me dañen y sentirme vulnerable?... Al final, si me miro en el espejo, es cuando veo a mi real oponente. Bienvenido a la jungla. Entonces me di cuenta. Nada me importaba, solo hacerme feliz a mí mismo. Yo era lo único. Ahora que he madurado todo ha cambiado. Nunca volveré a ser la misma persona gracias a ti. Mirando mi vida, haciendo una parada y viendo su recurrido, lo veo todo claro. He vivido tan egoístamente….yo y solo yo. Tan egoísta, ¿cómo no he podido verlo antes? Ocultado detrás de mis hechos, ocultado en lo que parecía ser el compañero perfecto, el amigo perfecto, el hijo perfecto, el amante perfecto. He comprado el amor de los demás solo para mí. He manipulado mis palabras y mis acciones para obtener la aprobación de los demás. He coartado la libertad de los que me rodeaban para obtener la mía propia. He sido el maestro de las palabras y he aprendido a hacer malabares para conseguir mis objetivos. Ahora, ¡Dios mío!, ahora, me he dado cuenta que nadie gana así. Algo ha terminado y algo, acaba de empezar. Ahora nada realmente importa, amor es lo único que necesitamos. Todo ello lo he descubierto al ver el daño en las personas que me aman, en las que siguen estando ahí con sus brazos para darme consuelo cuando la tormenta se acerca. En mis propias cicatrices, en mi autocrítica, en mi realidad. Después de tantos años, he podido ver que sus quejas, que sus distancias, sus decepciones, sus llantos….venían de mí. Ya no toca victimizarme, ni flagelarme. Ahora toca cambiarlo. Revocarlo. Ahora toca alejar al pasado con el propio futuro. Nada hace que la oscuridad se vaya como la propia luz. Ahora sé lo que es amar y cómo amar. Ahora tengo tatuado que todo lo que doy desinteresadamente, viene de vuelta a mí.
All comes back to me.
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