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Estás acabado

Actualizado: 6 mar 2018

“Estás acabado”


Así empieza todo, que paradójico ¿no?. Empieza el declive en el mismo momento que nos dicen que estamos acabados. Pero, ¿qué pasa si nunca te lo hubieran dicho, o no te lo hubieras dicho a ti mismo? Analizadlo.


Pues así somos. Nos gusta dar por terminado. Nos gusta poner fecha de caducidad. A la comida, a las relaciones, a la vida, a los sueños, a los juegos…


El principio del fin. O lo comúnmente llamado “Miedo”.


Nos damos por vencidos a la mínima de cambio, sin apenas poner más esfuerzo que el “suficiente” por conseguir aquello que queremos o nos da felicidad. Por no renunciar a que acabe. Realmente es eso, huimos de aquello que en nuestro interior creemos no merecer, y no nos permitimos si quiera caer en lo que dicen llamar “fracaso” (=LECCIÓN). Preferimos evitar el sufrimiento y quedarnos con la postura fácil y cobarde (cómoda) de decirnos a nosotros mismos “eso no es para ti” y simplemente, lo damos por acabado.


Nos pasa en cualquier faceta de la vida. Ahora incluso, hay algún que otro que dice ser llamado “experto” o “gurú” que promulga tener relaciones de pareja cada 5 años (como si fuera un coche del que te aburras y puedas cambiar como si nada, sin herir tus sentimientos o los de otros) pues dice ser beneficioso para el ser humano. ¿Es que ahora la felicidad consiste en eso, en abrir y cerrar continuamente tu alma a la de otros (con lo que eso conlleva)? ¿Qué le pasa a ese hombre?  Fácil. Tiene miedo a enamorarse. No se lo permite. No cree merecerlo. Huye del compromiso a cambiar, a adaptarse.


“Yo no soy así conmigo”, ¿Y con los demás?


Así vamos nosotros. Dando por acabado nuestra oportunidad de vivir. De permitirnos llorar, caer, reir, sentir,… Pero, ¿qué pasa cuando incluso ya no nos satisface acabar con lo que es nuestro y empezamos a mirar hacia la vida del de enfrente?

Cuando estamos en nuestro espiral de ego, de creernos en la posesión de juzgar al otro, de culpabilizar o etiquetar, no somos capaces de comprender que en ese momento, o en esa acción que estamos criticando, también has podido o puedes estar tu. Todos nos hemos sentido perdidos en algún momento.


¿Qué más da si es con 16, 24, 36, 43, 52…? Unos por falta de sentido en la vida, otros por falta de autoestima, otros por pérdida de un ser querido. Otros simplemente, porque nunca supieron encontrarse. Pero desde fuera, desde tu perspectiva de ego superior, de perfeccionista, de fuerte, todo es más fácil de juzgar o de olvidar.


Nos hemos convertido en seres inertes que vamos buscando la maldad en cada esquina en cada mirada, suspicaces. Despiadados. Ansiamos el alma del otro. Su felicidad, su coche, su casa, su crecimiento personal, su estilo de vida, su puesto laboral. Pero, ¿qué hay de ansiar por tu vida?


¿Cual es el por qué de esto?


¡Ay…tu vida!. Esa que un día diste por acabada. Esa que crees que es tan vulnerable, tan fácil de criticar. ¿Acaso no te has preguntado alguna vez por qué nadie te ve cuando más lo necesitas?


O, ¿no te has preguntado que al igual que tu sientes que estas cansado de estar cansado, otros también lo estan? Dejemos de mirar la paja en el ojo ajeno, pues esa que tanto deseas, también es oscura.


Curioso, que incongruente es el ser humano, que desea la vida del otro y se olvida de la propia, y que incluso al desear la del otro, la envidia, la critica. Ah!, ¿no te habían dicho ya que lo que te molesta del otro lo tienes tu?; ¿Te molesta que no se comprometan contigo? Quizás eres tú quien no se compromete y tiene miedo a abrirse. ¿Te molesta quizás que el otro sea pasivo en el día a día?

¿En qué aspectos o ámbitos lo eres tu?


Como esa, podríamos preguntarte mil más. Pero respondamos a la pregunta, ¿cual es el por qué de esto? Pues el por qué es el EGO. El ego que todo quiere, que nada satisface, todo lo envidia, lo ansía y no lo valora, aprecia o disfruta. El ego del querer y no amar. Del exigir. Del no perdonar.


Buenas noticias, estás a tiempo de AMAR tu vida


Así somos. Aquellos que miramos de lado el problema ajeno pero a su vez queremos que los demás vean el nuestro, nos comprendan, empaticen y nos den palmadas de consolación. Pero el ser humano es mucho más que eso, está lleno de entusiasmo, de fe en algo (lo que quiera que sea), pleno de amor y ansioso de compartirlo. Es una cascada que siempre fluye y lleva agua fresca en su interior. Que riega las plantas y da vida a los peces.


Eso es el ser humano. Capaz de cualquier cosa. Supervivientes en una jungla llamada vida. Expertos en caídas y remontadas. En pérdidas y reencuentros. En tender la mano al otro cuando más lo necesita. El ser humano es un grito desgarrador de esperanza. Y en eso, es en lo que creemos en Neoka. En la esencia buena del ser humano. En la oportunidad del cambio en el otro y en uno mismo. Nos encanta mostrar la luz que uno mismo no es capaz de ver, porque en el ser humano está TODO.


Pero fíjate por dónde, aún así entre los humanos nos empeñamos en decir, que: ¿estamos acabados?.

Feliz día de reflexión neokers !!!


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