top of page
Buscar

Mirar hacia otro lado

Cómo empezar hablando de algo tan difícil. -“¿De qué?” te estarás preguntando.

Pues de aquello que solemos hacer todos con bastante asiduidad: mirar hacia otro lado; Enjuiciar, apuntar con el dedo, hacernos los locos, apartar, dejar de lado…no sé, ponle el nombre que quieras.

 

El mundo se está volviendo loco, va cada vez a peor. Miramos hacia otro lado cuando vemos una injusticia, cuando vemos a alguien diferente, extraordinario, extravagante, ante lo que no es lo normativo, correcto, e inclusive ante aquello que es puro, ingenuo, vulnerable o débil. Pero, ¿qué nos pasa?

 

Voy más allá.

Miramos a otro lado hasta en algo tan maravilloso como el compromiso, el amor. Ah, pero…¿por qué? Llámenme loca, pero yo lo tengo claro. La gente está cagada. El compromiso, amar abiertamente o entregarte significa responsabilizarte: De tus actos, de tu crecimiento, de tus dudas, del dolor del otro, del estar ahí, del OTRO. Y del YO con el OTRO. Ya dejas de ser tú para ser NOS.

 

Cuando el amor nos llama o aparece, salimos por patas saboteándolo con miedos absurdos que nos inventamos, con excusas baratas o historias del pasado, con tonteos ridículos con otras personas que ni siquiera te llenan o ni siquiera piensas, o con dudas donde antes no las había. Cuando llama surge eso que, al pensarlo tanta gracia me hace y que taaaaaantas veces he oído en consulta e incluso en alguna relación que he tenido: “Es que siento que no soy suficiente para ti”, “Siento que no estoy a tu altura o no voy a poder darte lo que necesitas” o “yo no sé si soy la persona que buscas” ¡PUES PONTE LAS PILAS ACHO, que para algo te ha elegido esa persona ¿no? Anda que….

¿Habrá algo más bonito y valiente que vivir el amor libremente, con todo tu corazón?

Si es que vivimos en el mundo del 'sinsentido'. ¿No te has fijado que cuando amas y te aman, te sientes más fuerte, más grande, más capaz de todo y te invade una sensación de que la vida merece la pena? Ser valiente es garantía de felicidad porque eres coherente. Garantía de dormir con la conciencia tranquila. Es garantía de poder (no hay limites).


Ya no hay gente con coraje, con valentía y pudor. Amar es de valientes, pero amar eh, no te confundas. No que te amen, no. AMAR A OTRO. Y no me refiero solo al amor romántico de pareja, sino amar una causa, amar una bandera, un ideal, un credo. Y es que no hay gente de esas de las de antes, que arriesgaban sus vidas por luchar por los derechos civiles, leales a una cosa, a un dogma, a una fe, a una persona o a una palabra; de las que luchaban por la paz o las que luchaban en contra de sus padres por un amor no permitido o aceptado. ¿Os imagináis un amor entre un blanco y una persona negra en los años 60? ¿o un amor homosexual? Dios…solo de pensarlo, se me nublan los ojos de lágrimas. ¿Dónde queda la moralidad, los valores y la bondad humana? ¿Dónde está el hacer las cosas bien? Esa frase tan mítica de Jesucristo “haz bien y no mires a quien”. Pero no, ante eso, seguimos mirando a otro lado, por miedo, por vergüenza, por el qué dirán. Elegimos negar el sentimiento, vivir en la negación constante, como que no pasa nada.


Sin embargo con este comportamiento no sólo no evitamos el sufrimiento si no que agrandamos el problema.

 

Es curioso, pero, podría llevarlo a cualquier área de la vida. Vemos a una persona llorar por la calle y nadie se acerca a preguntar. Miramos a otro lado. Vemos a un emprendedor en apuros, y preferimos ir al Mercadona que a ese emprendedor que tiene una frutería en la esquina. Vemos a una persona hablar más profundo o cosas diferentes y nos alejamos, la tachamos de "friki", "rara" o "loca". Seguimos mirando hacia otro lado.


No querer ver

Somos unos hipócritas, unos incongruentes. Nos alzamos para conseguir unos derechos y no vemos las obligaciones, que son responsabilidades al fin y al cabo. Nos indignamos por la muerte a un animal a manos de un cruel dueño sin alma, y no nos indignamos cuando vemos a alguien que le pega una paliza a un vagabundo en la calle. No. Miramos hacia otro lado, bueno...miento, lo grabamos con el móvil, que es más guay (notesé la ironía).

 

¿Y qué decir de los mayores? Ya ni los respetamos. No nos bajamos de la acera cuando vienen pasando. Miramos a otro lado incluso cuando vemos a dos ancianos besarse porque nos parece “ridículo” o “bochornoso” o peor aún, oír comentarios del tipo “que esas cosas a esas edades ya no se dan”. Claro, es que con 70 años eres un frígido y no te excitas, ¿no?. Ay Dios mío… que de ignorancia. El amor no es solo empalmarse o que te penetren. Hay uno más potente, el mental, el de conectar, cuidar y entenderte. Pero ese es otro tema que abordaré en otro momento.

 

No respetamos a los demás, o a las cosas que hacen los demás, simplemente por creer que lo nuestro es lo mejor, es lo ideal y es lo único que vale. Que equivocados estamos. Atemorizados, acobardados, llenos de complejos e inseguridades, llenos de rabia y odio. Egos andantes. Vaya sociedad ególatra.

 

Pensando en esto, me viene a la cabeza la frase de Emiliano Zapata: "Mejor morir de pie que vivir arrodillado". Lo traduzco: Mejor morir por mis creencias, mis principios, mi dignidad, que no “ahogado” o atemorizado.

 

Valor y fuerza, personalidad, pensamiento crítico… Qué se yo. Eso ya no se lleva.

 

¿Pues saben qué? La justicia está ahí. No siempre sale cuando queremos, no siempre de la forma en la que pensamos, pero está. Y la vida, con lo larga que es, siempre nos pone alguna oportunidad para hacerla o verla. Justicia para volver a mirar de frente, con la frente alta (valga la redundancia).

No queremos creer porque asusta. Da miedo creer, da miedo enfrentar la verdad, alzarte como estandarte de ella (ya se vio en su día con Pedro, que negó a Jesús por tres veces por miedo a la represalia de decir la verdad).  

 

Están los dos bandos. ¿En cuál estás tu? Yo sigo apostando por la gente que hace la vida de los demás mejor, más amable y justa. La vida es más hermosa con buena gente en ella y a tu lado, con gente que se une a tu lucha y no mira hacia a otro lado, que te agarra de la mano con miedo, pero no te suelta. Sigo apostando por Lorca, por Hipatia, por Jesucristo, por Martin Luther King, por Gandhi, Guevara, Kennedy, Espartaco y cientos más. ¡Salud por los inocentes, los vulnerables, los nobles de alma, los generosos y agradecidos, por los pobres de espíritu, por los humildes de corazón! Por los valientes, honrados, ¡y con coraje! Por los que luchan por lo que quieren y creen. Brindo por todos. Yo seguiré creyendo. Yo seguiré estando ahí, de pie. Nunca de rodillas. Yo seguiré mirando de frente y si desvío la mirada, que alguien me haga saber que estoy errando lo antes posible.


Por que los reyes de hoy serán los sirvientes del mañana, y los sirvientes de hoy, serán los reyes del futuro.

Levantensé. Miren al frente.

202 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

El amor se ha perdido.

Siento nostalgia. Nostalgia por el amor dulce, tierno y hasta empalagoso. Ese amor que ahora tanto crítica la sociedad pero que, hipócritamente, todos buscamos en nuestro foro interno. Ese amor de no

bottom of page