La montaƱa rusa de las emociones
- Nerea B.G
- 22 sept 2018
- 6 Min. de lectura
Os voy a contar una verdad que poca gente conoce. La mayorĆa de los blogs que visitĆ”is relacionados con la psicologĆa, la terapia o el coaching, son historias que cuentan empresas āsubcontratasā que copian de otros sitios o que se inventan sobre la marcha con la intención de crear algo que te enganche y haga que sus webs tengan visitas y te enganches. Es marketing, nada mĆ”s.

A diferencia de esas, nosotros nos dedicamos a escribiros historias nuestras, de Ćndole personal o de algĆŗn cliente que pasa por consulta y que nos da su consentimiento para contarlo. Nos gusta por que nos hace diferentes, como siempre. Aquellos que nos conocĆ©is sabĆ©is que es asĆ porque habĆ©is vivido en vuestras propias carnes nuestra forma de trabajar. AquĆ no venimos a venderos humo, a robaros tiempo y dinero. AquĆ venimos a ayudar, a llegaros al corazón y la mente para que veĆ”is que lo que pasĆ”is vosotros, nosotros, los de carne y hueso, lo vivimos o hemos vivido. Para que os sintĆ”is mĆ”s aliviados porque no sois los Ćŗnicos que lo pasĆ”is canutas. Nos gusta ser crudos, como la realidad, y de eso venimos a hablaros hoy.
A veces, las personas pasamos por un periodo difĆcil de vivir en los que tenemos una constante sensación de estar montados en una atracción de feria que sube y baja con los correspondientes sĆntomas que eso supone en nuestro ser. Hablo de la montaƱa rusa emocional. Esa sensación en la que te piden que hagas esfuerzo doble por mantenerte en equilibrio pero que, sin darte cuenta, te es casi imposible mantener. Es como si (utilizando la hermosa figura retórica de la metĆ”fora), te vieras empujado por la cola de gente que quiere entrar en la atracción, y que cuando quieres darte la vuelta porque te das cuenta de que no quieres subir, ya no puedes, y te ves pasando el ticket y abrochĆ”ndote el cinturón para vivir, Dios sabe quĆ©.
Te subes con ese atisbo de nerviosismo por la incertidumbre de quĆ©, cómo, cuĆ”ndo. Puede ser una relación de pareja, un nuevo proyecto laboral, una emancipación, un viaje, una decisión.... Si miras a tu lado, ves a otra persona que parece estar ilusionada con el viaje, y te dice: āque guay, estoy emocionada/oā, y entonces te surge la primera pregunta: ĀæPor quĆ© no estoy yo igual? ĀæPor quĆ© siento yo miedo? Y empieza el show: Exigirte, castigarte. ĀæTe empieza a sonar esas palabras?
Lo siguiente que ocurre es el dejarte llevar e influenciarte, por quĆ© si los otros estĆ”n disfrutando, Āæpor quĆ© tu no? Vale vale, serĆ” que esto es lo mejor para mĆ (te repites constantemente). Tu madre, tu padre, tus hermanos, tus amigos, tu entorno, tu pareja, todos te han dicho que ese es el camino, que es lo mejor. AsĆ que ahĆ sigues. Empiezas a subir y te esfuerzas por trabajar, por luchar en aquello que te dicen y oye, parece que funciona. En un abrir y cerrar de ojos, te ves en la cumbre de lo que era, lo que tu soƱabas y querĆas. Te sientes pletórica, llena de ilusión y seguridad. Joder, todo es genial, Āæno? Pero cuando menos te lo esperas, Ā”zas!, empiezas a caer en picado. Enemigos, trabas, obstĆ”culos, dificultades, retos inesperados....empiezas a perder el control, sientes inseguridad y te sientes decida, triste.
āPero, Āæpor quĆ©?ā Te preguntas constantemente. Y despuĆ©s de un tiempo abajo, en lo que crees que ha sido uno de los palos mĆ”s duros de tu vida, vuelves a subir. Sientes un leve cosquilleo pues, no te fĆas del todo y vas con miedo hacia la subida. Pero otra vez, sin darte cuenta, te vuelves a sentir mejor. Es como cuando suena una canción con mucho swing y te pones a bailarla instintivamente. Una vez estas arriba, la cosa cambia. Es como que, al haber estado por segunda vez, ya no la saboreas igual. No la disfrutas, no la valoras, no estĆ”s satisfecha. Umh, que desagradecida (te dirĆ”n), y entonces volverĆ”s a machacarte y a sentirte mal contigo misma. Vuelves a caer en picado.
Pero esta vez, la baja dura mƔs, y es mas profunda. Ahora aparecen sentimientos nuevos como la ira, la agresividad, la rabia. Te peleas con tu pareja, con tus padres, con tus mejores amigos y hasta tu trabajo. Todo te cabrea, todo te molesta, todo te irrita.
Es desesperante, solo quieres estar sola y salir de todo esto. Que todo acabe y ser feliz.
Solo anhelas eso. Felicidad. Sentirte bien contigo misma. Te rondan mil preguntas y ninguna trae respuestas. Hagas lo que hagas, nada te motiva, nada te genera alegrĆa. Es como si llevaras una piedra encima Āæno? Tus padres te agobian, te presionan, tu pareja se distancia, tus amigos no te llaman porque solo hablas para quejarte. Tu agobio va en aumento y entonces, descubres que tienes que hacer algo con tu vida.
¿Quién soy, qué soy, qué quiero, para qué lo quiero?
El autoconocimiento, es aquella herramienta que nos hace sentirnos bien con uno mismo cuando todo alrededor va mal. Es aquello en lo que aferrarnos cuando no tenemos nada ni nadie donde agarrarnos. Es aquello de lo que carecemos y a su vez anhelamos. El autoconomiento es, sin duda, el bienestar personal.
Cuando estĆ”s en ese punto, en lo mĆ”s profundo de la montaƱa rusa emocional, te das cuenta de que algo tiene que cambiar en tu vida, y ese algo eres tu misma. No importa cuanto cambies de trabajo, de pareja, de amistades, de actividades...si no cambias tĆŗ, tus actos, tus hechos, tus acciones, tu persona, tus creencias, tus miedos, NADA CAMBIA. Siento tener que decĆrtelo, pero es la realidad.
Yo lo he experimentado mil veces, al igual que todo el mundo. Somos humanos y no robots. Vivimos etapas asĆ a los 16, a los 22, a los 30, a los 41... Pero todas y cada una de ellas, se repiten. Otra vez la montaƱa rusa. Pero lo que estĆ” claro es que cuando tomas consciencia, la bajada no vuelve a ser tan dura como las primeras veces. Lo sĆ© y os entiendo, es desesperante. Sentir que estĆ”s atada de pies y manos, que subes y bajas sin control, que odias tu mal carĆ”cter porque realmente no quieres estar asĆ pero que a su vez estĆ”s triste y no te apetece sonreĆr a nadie, es frustrante.
Otra opción es posible.
Aunque a veces pueda parecer que es imposible salir de ahĆ, se puede. Una vez le preguntĆ© a una clienta, āĀæQue podrĆa pasar si volvieras a caer?ā a lo cual me contestó: āNerea, ya no me da miedo volver a caer, porque ya he estado en lo mĆ”s profundo y sĆ© lo que puedo esperar de mi misma, con que luchar y que dejarā y me emocionĆ©. Sin duda, es la respuesta mĆ”s buena que me han dado en todos estos aƱos de mi vida profesional. Como os decĆa, esto puede pasaros en muchas etapas de vuestra vida, pero si sabĆ©is poner remedio a tiempo, si habĆ©is trabajado el autoconocimiento y el autoconcepto, os garantizo que ninguna serĆ” tan dura como aquella vez.
Siguiendo con la metĆ”fora, estĆ” claro que puedes subirte en la montaƱa rusa sin darte cuenta, pero si sabes lo que hay, tomarĆ”s la otra opción posible: Disfrutarlo, dejarte llevar y tener una conciencia plena de que la atracción, VA A ACABARSE. Nada dura eternamente corazón. Si tienes buenas herramientas y un buen entrenamiento mental y emocional, todo puede funcionar y fluir y, sobre todo, pasar, mĆ”s rĆ”pidamente. MĆ”s livianamente. Pero si no es asĆ, te garantizo que tendrĆ”s altas probabilidades de salir de esa montaƱa rusa mareada, aturdida, vomitando, sin saber que hacĆas ahĆ, porquĆ©, para quĆ© y con quien ibas al lado. En definitiva, perdida.
Por ello, no abandonéis, pues tampoco tenéis alternativa, no podéis saltar de la atracción y bajaros. Asà que lo mejor es que cuanto antes, si estÔs viviendo estas emociones, situaciones o sensaciones, te pongas en contacto con nosotros y te ayudaremos desde nuestra experiencia y profesionalidad, a que tus montañas rusas sean como un mar en calma. Aguanta, el viaje mÔs tarde que pronto, se acaba. Disfruta y aprende cómo con nosotros. Si asà lo haces, sin duda, tus próximos viajes tendrÔn otro color.
Y tú, ¿cómo has vivido esos momentos? Déjanos un comentario mÔs abajo y ””cuéntanos cómo lo has sobrevivido!!