Columna para el periódico Diario de Huelva:
Sentimientos encontrados, sí. Sentimientos que nacen en mi cabeza y mi corazón y que se pierden en alguna parte de mi ser para encontrarse frente a frente sin saber muy bien qué hacer.
Entre ellos conviven miles de pequeños átomos disfrazados de nostalgia, tristeza, melancolía, libertad, motivación, ganas de avanzar y alegría. Lo que os decía: sentimientos encontrados.
Hay una corriente filosófica que dice que el ser humano es un laberinto de emociones que pocas veces puede poner en pie. Pero no es cierto; sí que se puede. El problema es que nos engañamos constantemente porque no queremos llegar al punto de inflexión. No queremos reconocer que hay miedo en nuestro ‘yo’.
Somos así de irracionales. La dualidad viviendo constantemente en nosotros, como el polo positivo y negativo en una misma pila. Ambas se necesitan para que funcione la corriente, pero si las juntas se produce un cortocircuito.
En nuestra esfera humana ocurre lo mismo. Siempre hay dos caminos para elegir. Siempre hay dos formas de ver las cosas y siempre dos muñequitos en nuestros hombros haciendo de conciencia. Ambos necesarios, repito, pero que si los juntas….es una auténtica bomba.
Pues eso es lo que ocurre a menudo en el ser humano. Que quiere juntar ambas cosas pensando en que así es más fácil, en que así no nos equivocaremos tanto. En consulta es una constante: querer y no querer, poder o no poder: “Nerea, quiero dejarle pero es que si le dejo…”, “Nerea, es que yo quiero seguir adelante pero a su vez me da pena…” son las frases que más oigo en consulta.
Y digo yo: ¿No es más fácil elegir un camino que querer estar viviendo en el medio del no y el sí? ¿No es menos agotador queridos lectores optar por una opción que no por dos? Así debería ser. Lo correcto o incorrecto ya entra dentro de nuestras creencias o parámetros mentales/emocionales. Lo que verdaderamente hay que tener en cuenta es lo que me alivia o no. Si es correcto o incorrecto es algo secundario. Hay que pensar: “¿Qué opción de las dos me alivia más tomar?” Esa es la pregunta y la respuesta.
Si vivimos en la constante ambigüedad nos perdemos. No avanzamos. Nos estancamos. Nos puedes entrar en el futuro agarrándote al pasado. Sin embargo, cuando optamos por ir hacía una dirección, es cuando empezamos a vislumbrar opciones vibrantes y llenas de luz en nuestro camino. Aceptemos que cuanto antes lo hagamos antes nos irá bien: la vida son elecciones y tu decides, valga la redundancia, qué quieres para ti: si vivir en el pasado, en el victimismo, en la pena y en lo que pudo ser y no fue, o en el progreso, la liberación, la esperanza, y el renacer.
Elecciones lectores míos, la vida son elecciones.
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